Los niños deben ser niños, vuestros hijos no son vuestros mejores amigos, terapeutas o vuestros consejeros matrimoniales. Los hijos al tratar de arreglar cualquier problema que perciban o calmar el dolor de sus progenitores, pueden dejar a un lado sus propias necesidades de desarrollo personal y en su mente puede adoptar la posición de terapeuta. Es fundamental que vuestros hijos sean niños, nada más.
Buscar ayuda externa para los problemas familiares: Una persona vulnerable usará estos problemas para alimentar su negatividad. Estos pueden dar lugar a un trastorno de la alimentación, aumento de la angustia del enfermo que impiden el progreso de la recuperación.
Ayudar a que los hijos acepten que sois imperfectos. Enseñarles que la niñez y la adolescencia son necesarias etapas de equivocarse y rectificar. Les ayudaremos a superar sus necesidades de perfección y de excesiva responsabilidad.
Establecer límites respetuosos. Los niños sensibles se benefician de vivir en contextos en los que los adultos han establecido reglas razonables en lugar de decidir todo colectivamente. Estos niños necesitan la seguridad que da la autoridad respetuosa de los adultos.
Intervenir cuando su hijo se desvaloriza: "No deje que su hijo generalice incidentes específicos hasta convertirlos en una ofensa general en su contra ("Siempre arruino todo"). Ayude a su hijo a centrarse en cosas positivas en lugar de culparse por fallos ficticios o reales.
Haga que su hijo explore sus propios intereses. Si un niño sensible muestra interés por un tema determinado es importante que los padres incentiven con moderación este interés sin dar la idea de que tienen expectativas de que sus logros lleguen a un determinado nivel. Es importante que el sepa que lo quieres como es.
Dé más importancia a las comidas en familia. No ponga énfasis en la pérdida de peso. Si algún miembro de la familia da mucho énfasis a la delgadez, este puede llevar a que otros miembros de la familia piensen que deben llevarlo a cabo.